La paradoja de este interesante hombre entre su consolidación como uno de los mejores diseñadores de todos los tiempos y sus increíbles excentricidades que lo han llevado a romper con todos los patrones de estilo posibles lo hacen un hito y un artista consagrado: Karl Lagerfeld.
En 1933 nace Karl Otto Lagerfeldt en Alemania, aunque poco se sabe realmente de su infancia, ya que el mismo artista ha entrado en contradicciones.
El 1952 Karl Lagerfeld se instaló en la capital parisina tras finalizar sus estudios en la escuela secundaria en el liceo Montaigne en París, especializándose en dibujo e historia. Hasta ese momento, el diseñador había vivido en Alemania con su padre, un rico empresario que introdujo la leche en polvo en el país, y su madre.
Poco tiempo después, inició su trabajo en la casa de modas Pierre Balmail, por haber ganado un concurso del Secretariado Internacional de Lana en 1955 y ahí permaneció como director creativo hasta 1958, cuando formó parte del equipo de diseño de Jean Patou. Después llegarían Fendi y Chanel, quienes hicieron su trabajo reconocido mundialmente.
El Kaiser, como se le conoce a Karl Lagerfeld, creó su primera marca de moda en 1984, bautizada con su mismo nombre, aunque en 1997 la modificó a Lagerfeld Gallery, y está posicionada como una firma de tendencias y lujo accesible.
Las excentricidades de Karl Lagerfeld
Como el artista que es, Lagerfeld tiene ciertas rarezas que lo hacen inconfundible. Su gatita Choupette es toda una celebridad, cuenta con su propia firma de maquillaje e incluso posó para el calendario del coche Vauxhall Corsa.
Además, el excéntrico Kaiser bebe casi su propio peso en Coca Cola cada día, además de que no se separa de sus lentes de sol, ya que de acuerdo al artista le permiten “ausentarse” de las reuniones tan cansadas que tiene que soportar (discretamente toma una cabeceadita de repente).
Además Lagerfeld se enfunda en una megafaja todas las mañanas para reducir esas molestas llantitas, y logra enfundarse en unos pantalones para mujer ¡talla 34!
Dicen que sus camisas son de cuello de doble altura para disimular el paso del tiempo, además de su media hora de sesión para maquillaje y peluquería diariamente. Pero, ¿qué clase de artista sería uno sin excentricidades? Un genio merece esto y más.